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NO ERAS TÚ, ERA LA HERIDA.

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¡Sanar el rechazo y celebrar lo efímero con alegría!

 Queridos lectores:

Hoy seguimos explorando las **heridas de la infancia, esas marcas invisibles que nos acompañan, pero no nos definen. No se trata de quedarnos en el dolor, sino de reconocerlo para avanzar con más claridad y fuerza.


 Como dice Marian Rojas Estapé (médico y especialista en psiquiatría): “No somos víctimas de lo que nos ocurrió. Somos responsables de cómo elegimos vivirlo.”

La herida de rechazo surge cuando sentimos que nuestra esencia no bastaba para ser amados o aceptados. Nos escondemos, complacemos o silenciamos partes de nosotros, pero llega un instante en que el alma se cansa de fingir. Sanar comienza cuando te miras con ternura y te dices: “No tengo que cambiar para ser digno de amor.”


🌿 Sukot: el arte de encontrar refugio en lo pasajero

Durante Sukot, la Fiesta de las Cabañas, se habita un espacio temporal, recordando que la verdadera seguridad no está en las paredes que construimos, sino en la confianza interna. Todo en la vida es transitorio: alegrías, tristezas, comienzos y finales. Las cabañas frágiles nos enseñan que **la alegría y la gratitud surgen incluso en lo simple.


La porción de la Torá Vezot Habrajá (“Y esta es la bendición”) cierra el ciclo anual de lecturas, recordándonos que cada experiencia contiene su bendición, incluso aquellas que dolieron. Tal vez el rechazo que viviste fue el impulso que te llevó a encontrarte contigo mismo y a volver a tu verdad.

  • ¿Qué destello de luz puedes reconocer hoy en tus experiencias pasadas?

 Pequeñas prácticas para sanar desde adentro:

 Reconoce lo vivido. Aceptar tu historia es honrar tu camino. 

Abraza tu vulnerabilidad. Esa parte que aún teme ser rechazada necesita tu comprensión, no tu juicio.

 Celebra lo cotidiano. Un abrazo, un rayo de sol, una conversación sincera. Lo simple también sana.

 Confía en el proceso. Todo pasa. Las heridas se transforman cuando dejamos de resistir y empezamos a mirar con gratitud.

  • ¿Qué acción, por mínima que sea, podría recordarte que sigues avanzando hacia ti mismo?


  • Cuando mires atrás, recuerda:

NO ERAS TÚ, ERA LA HERIDA... y hoy, con conciencia y fe, eliges no seguir cargándola. Sukot nos recuerda que lo temporal también puede ser sagrado. Todo pasa, pero el alma permanece. Y cuando elegimos habitar la vida con gratitud, incluso las heridas florecen.


💖 Si este mensaje resonó contigo, me encantaría saberlo.

Como columnista de NotiNoaj, comparto estas reflexiones con la esperanza de que encuentres un reflejo, una pausa y una semilla de bienestar interior.

Regina Pérez

Psicóloga – Columnista NotiNoaj

 
 
 

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