La envidia y lo que puede causar en la persona.

Cuántas veces no hemos deseado lo que el compañero tiene. Puede ser su ropa, sus juegos, su casa e incluso hasta su forma de ser. Eso se conoce como envidia. 

Y desde los primeros seres humanos, se vio reflejada en sus caracteres cuando Caín y Abel, los primeros hijos de Adán y Eva lo mostraron de esta manera: 

Iniciando la primera porción de la Torá, nos encontramos con Bereshit, que significa “en el comienzo” o, como normalmente aparece en las Biblias, “Génesis” Bereshit 1:1 dice: “D-os creó los cielos y la tierra y todo lo que habita en ella”

Cuando Dios le pidió a cada uno de ellos una ofrenda, Abel le ofreció lo mejor que tenía de su ganado, mientras que Caín sólo lo que le quedaba de los productos de la tierra, ante lo cual Dios vio con buenos ojos la ofrenda de Abel. Esto produjo mucho enojo a los ojos de su hermano Caín, quien terminó matándolo.

Eso es lo que causa en el ser humano la envidia: termina por envenenar tu cuerpo, al grado de cegar su ser. 

Por eso, queridos amigos, siempre debemos  ofrecer lo mejor de cada uno, sin importar lo que el compañero tiene o da. 

Sabiendo que todo viene gracias al Creador, y que si el compañero tiene cosas diferentes, no quiere decir que uno no tenga cosas buenas. 

Recuerda que el Creador decreta todo lo que vamos a tener y eso nada ni nadie nos lo puede quitar. 

Deseando que tengan un dulce y misericordioso año, con todo lo bueno y lo mejor, junto con todos los miembros de su familia.