¡Soy obediente!

Un saludo para cada lector de nuestra columna, estaremos reflexionando acerca de aquello que nos influye y terminamos obedeciendo aún cuando esto va encontrá de lo que creemos o tiene significado en nuestra vida.

Un experimento famoso en psicología social, conocido como el estudio de Milgram, analizó cómo diferentes personas, como estudiantes, amas de casa y maestros entre otros, responden a la autoridad. El objetivo era demostrar hasta qué punto las personas están dispuestas a obedecer, incluso cuando las órdenes pueden ir en contra de aquello que creamos correcto.

Aquí es donde entra en juego nuestro sistema de creencias y valores. Estas creencias actúan como una brújula en momentos de dificultad, guiándonos en la toma de decisiones. Como individuos sociales, como padres y miembros de una comunidad, enfrentamos el desafío de las influencias externas que afectan tanto a nosotros como a nuestros hijos. El estudio de Milgram demuestra que los seres humanos pueden ceder a la autoridad sin cuestionar si sus acciones son correctas o incorrectas.

Es esencial comprender la importancia de tener un sistema de creencias y valores sólidos.

En la última porcion de la Torá, Moshe anima al pueblo a interiorizar estas enseñanzas y a no dejarse llevar por las influencias que encontrarían en el lugar hacia dónde se dirigían, lo que nos permite comprender cuán importante es que la enseñanza sea una práctica en el día a día, que cada precepto que cumplimos cobre vida en nosotros .

#Sihablamossanamos.