Por Luis Arturo García Moctezuma
Pirke Abot nos dice: No eres responsable de terminar la obra, pero tampoco eres libre de dejarla inconclusa.
Hace unos días tuve una plática muy interesante con un amigo de la adolescencia, veintitantos años después, nos encontramos para platicar de la vida, esta platica giro alrededor de la naturaleza humana, de su parte animal, cabe aclarar que él no es una persona religiosa en el sentido común de la palabra, pero me llamo mucho la atención, la claridad que tenía sobre la naturaleza humana, nuestra parte más animal y como los seres humanos estamos sujetos a esta naturaleza que nos hace realizar comportamientos no correctos, como uno debe de graduar estos comportamientos para poder desarrollar una sociedad más ordenada, pero que el ser humano “NO” puede librarse de esa naturaleza animal que llevamos todos.
Sus conclusiones, me llevaron a pensar, que es precisamente esta comprensión lo que debemos tener todos los seres humanos para mejorarnos, es decir, su conclusión tiene un grave error y es precisamente la omisión de la parte que Hashem proporciono al momento de crear al ser humano, por un lado es verdad que somos materia, estamos sujetos a ella y nuestro ser es completamente vulnerable a sus deseos, imaginaciones y sentimientos, pero a quienes se nos ha otorgado la capacidad de pensar y mejorar en toda la creación, es precisamente a esta creación que conocemos como seres humanos.
De ahí, que le explique que de acuerdo con lo que entiendo y pienso, el hombre tiene como propósito el ampliar su libertad, pues si bien es cierto que, nuestra naturaleza nos impulsa a realizar actos no buenos, también es cierto que solo podemos ser libres cuando tomamos la responsabilidad de nuestros actos, mientras más responsables seamos de nuestras acciones más libres somos; cuando éramos bebes solo podíamos solicitar lo que nuestra naturaleza e instinto nos pedía, dependíamos completamente de nuestros padres y así hasta el momento que pudimos ser libres de movernos de un lado a otro, luego fuimos a la escuela y nuestra libertad se amplió, ya no estábamos sujetos a nuestros padres, lo mismo sucede con nuestra vida. Entre más libres somos más responsables debemos ser, luego entonces entre más responsables seamos más libres somos.
Esto es recibir la Torá para los hijos de Noé, saber que para ser libres debemos ser responsables y para ser más responsables debemos ser más libres. La Torá es esa INSTRUCCIÓN que nos indica cómo ser libres y nos enseña que somos responsables de nuestros actos, si nos dejamos llevar por la naturaleza animal somos menos libres porque no somos responsables y tenemos a quien responsabilizar “así es mi naturaleza” frases como: “así soy, no puedo cambiar mi naturaleza” frente a la Torá no tienen sentido, porque nuestra libertad se demuestra cuando sujetamos esa naturaleza y la utilizamos para hacer cosas buenas y mejores, ese es el verdadero propósito de cada uno de nosotros, lograr liberarnos de la naturaleza “animal” de forma responsable, tomando conciencia de que nuestras acciones buenas y no tan buenas son y serán solo nuestra responsabilidad, entonces podremos ampliar nuestra libertad, entre más cualidades mejoremos más libres somos y en consecuencia tomaremos responsabilidad de nuestros acto.
Las siete leyes de Noé, son precisamente esos principios mínimos que nos hacen seres humanos y nos distinguen de los animales, recibir la Tora, no es más que recibir la responsabilidad de mejorarnos y ampliar nuestra libertad y recibir la Torá es hacernos consientes de ese gran trabajo que tenemos con nosotros mismos y nuestra sociedad.
Por eso, no eres responsable de terminar la obra, pero tampoco eres libre de dejar el trabajo, de nueva cuenta los sabios de Israel nos dejan una gran pista de nuestro propósito al Recibir la Tora.
Muy interesante el comentario del Sr. Luis Arturo García en relacion a la Naturaleza humana en su parte animal. Pues parte animal seria deceos de comer, beber, dormir de mas, deceos sexuales y entre otros Desafortunadamente el mundo que nos rodea, la educación y sociedad no ha enseñado erróneamente el propósito de la vida. Pues la vida, lo moral y etico de cualquier ser humano se encuentra en la Torá para aplicarse de una manera extensa en nuestro día a ďía.
Seamos maduros y tomemos nuestros actos con responsabilidad
Carlos Uranga
Saludos!!