Mis muy queridas compañeras y amigas de viaje en esta ocasión querían charlar y reflexionar con respecto a los acontecimientos de la Parasha Shemini, me quede impactada cuando los hijos de Aharon, Nadav y Avihu fueron consumidos en fuego por hacer una ofrenda desautorizada.
Cuál es el mal aquí? que se hayan muerto y cuál es el bien? que fueron arrebatados en el espíritu y que la materia cuerpo permaneció y hasta sus vestimentas no fueron transformadas, llevándonos a reflexionar que lo que es malo en primer momento no siempre es tal, cuando Hashem tiene preparado algo mejor para nuestro crecimiento en estos tiempos que nos toca vivir.
Debemos llevar adelante la integración de cuerpo y alma para lograr nuestra misión en la vida.
Ndav y Avihu no entendieron así, su éxtasis espiritual pudo más en su deseo de trascender la materia lo que dispuso la separación de cuerpo y alma, esto entre nosotras nos lleva a que en definitiva nuestra existencia es el servicio a Hashem por medio de la estrecha y armónica simbiosis entre cuerpo y alma.
Por eso como lo exprese, “No hay mal que por bien no venga” me refiero a este refrán que muchas veces lo decimos y sin siquiera razonar…, aquí se transmite una visión optimista de la realidad pues indica que de una contrariedad se puede extraer algo bueno y que puede tener resultado favorable.
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