Mishle Torá de Rambam, en sus Leyes Relativas al carácter verso 6 hablando sobre andar en sus caminos, nos enseña:
“Así enseñan acerca de la explicación del precepto “andarás en Sus Caminos” Tal como ÉL es bondadoso, tu realizaras bondades, Tal como ÉL es Piadoso tú también actuaras con piedad; tal como ÉL es Santo, también tú serás santo. Así mismo los profetas llamaron a Hashem con todos estos calificativos: Lento para la ira, de Inmensa Bondad, Justo y Recto, Íntegro, Poderoso, Fuerte, etc., para hacernos saber que son sendas positivas y rectas y que el hombre está obligado a conducirse en ellas de acuerdo a su capacidad para asemejarse a Hashem.”
Mariano Sigman, en su libro “La vida secreta de la mente” menciona: “Entonces, diferentes experiencias sociales resultan en cerebros completamente distintos. Una caricia, una palabra, una imagen, cada experiencia de la vida deja una traza en el cerebro. Esta marca modifica el cerebro y, con ello, la manera de responder a algo, la predisposición a relacionarse con alguien, los anhelos, los deseos, los sueños. Es decir, lo social cambia el cerebro, y esto a su vez define lo que somos como seres sociales”. Capitulo. Origen del pensamiento; pag. 60.
Si tratamos de entender, que cada vez que tenemos una experiencia buena o no tan buena, en realidad estamos transformando nuestra forma de expresarnos en el mundo, es claro que la Torá, es la herramienta más eficiente para mejorar al hombre en la sociedad, pues la Torá nos estimula con sus instrucciones a actuar de una forma, que impacta en nuestra experiencia y al mismo tiempo transforma nuestra forma de ver la sociedad y de relacionarnos con ella.
Es decir, entre más trabajemos para mejorar nuestros rasgos de carácter por medio de las instrucciones de la Tora, a saber: 1) Imitar SUS caminos, 2) Apegarse a quien conoce (se conduce más como ÉL) a Hashem; 3) Amar al Prójimo; 4) No odiar al prójimo; 5) Amar al converso; 6) Reprender al semejante; 7) No humillar; 8) No oprimir al desafortunado; 9) No chismorrear; 10) No vengarse; 11) No guardar rencor. Cada una de estas acciones y las experiencias que de ellas resultan, transforma nuestro cerebro, nuestra alma (frente a Hashem) y define lo que somos como seres sociales (frente al prójimo).
La Torá y la neurociencia se encuentran, para mejorar nuestros caminos, nuestras acciones y experiencias en la vida definen quienes somos en sociedad, y para quienes sabemos que Existe un Ser infinitamente distinto a nosotros quien mantiene la existencia, nuestras acciones también tienen importancia frente a ÉL y nos definen como seres semejantes a ÉL. Por eso el rey Salomón dijo: La conclusión del asunto es que todo es oído. A Hashem temerás, y sus preceptos cuidaras, porque para esto es toda persona. Kohelet/ Eclesiastés 12:14.
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