Hola a todos! Estoy feliz de escribirles nuevamente, espero que el texto del mes anterior les haya servido de alguna manera en sus vidas.
Hoy vengo a hablarles de algo que ha sido recurrente en mi vida este último tiempo y es de cómo levantarse luego de un fracaso. Al igual que la vez anterior, no me declaro una experta en el tema, pero quiero contarles como he logrado salir de ciertas dificultades.
A los 26 años decidí casarme con quien era el único novio de toda la vida y con quien llevaba un año y medio de relación. Muchos nos dijeron que éramos demasiado jóvenes para contraer matrimonio, él era 2 años menor que yo, asi que para la fecha de las nupcias el tenía solamente 24 años. Si bien, no nos deseaban el fracaso matrimonial, si nos decían que no teníamos la madures para lograr el éxito. Al cabo de 7 años de matrimonio y casi 9 años de relación, decidimos divórcianos. Los problemas y dificultas en la última etapa de la pandemia, nos quebró como matrimonio y como personas, no supimos resolver nuestras diferencias y tomar caminos distintos fue la solución.
Una vez él se lleva sus cosas del hogar, comenzó mi etapa de frustración, de sentir que no di el ancho como esposa, que no estuve a la altura de un matrimonio, etc etc… me sumergí en una profunda depresión esto llevo a que me desvincularan de mi trabajo y con ello más abajo llegué, días sin salir de la cama, de bañarme o simplemente hacer algo mas que respirar. a 1 año de vivir toda esa situación, toco levantarse y salir de ese lugar oscuro, donde no había motivos para seguir en este mundo.
Lo que hice fue buscar ayuda profesional, comenzar una terapia psicológica, acompañada de los medicamentos que eran necesarios para mantener la estabilidad. Pero tomar esa decisión no es simple, y es ahí donde la Tora comienza a tomar importancia en mi vida. Las distintas enseñanzas que Hashem nos brinda mediante el estudio de esta, y en nuestro caso de los 7 preceptos de Noaj, hicieron hacerme entender que cada uno de nuestros fracasos son parte del aprendizaje de debemos tener para cada día acercarnos más y cumplir efectivamente con estos 7 mandamientos, que a medida que más cumplimos estos mandatos, cada vez es más simple surfear los obstáculos de la vida, tomar decisiones más acertadas y pasar menos tiempo en el dolor de lo que no hicimos bien, de lo que nos faltó para cumplir con nuestras expectativas y de todo aquello que tenemos deseo de mejorar, pero que por diversas razones no hemos podido hacerlo. Al entender todo esto, decidir recuperarme y comenzar la terapia fue mucho menos difícil de lo que pensaba, Hashem colocó este motor inicial para abrir los ojos y querer asistir semana a semana, tomar mi medicación sin falta, realizar las distintas tareas diarias, como tomar una ducha, lavar mis dientes, vestirme y comer, se volvieron poco a poco una necesidad. Luego me dispuse a encontrar trabajo y en menos de 2 semanas Hashem me presenta la oportunidad de trabajar con una antigua colega a quien hoy considero una gran amiga, ya que fue un gran apoyo en mi recuperación. Al pasar los meses, conocí a una nueva persona y me brindé la oportunidad de creer nuevamente en el amor, uno más maduro, más alineado con la vida de un noajida. No les voy a mentir, el proceso de recuperación no es igual para todos, tampoco todos los días son color de rosa. Pero acercarse a la Tora y procurar día a día dar un paso hacia adelante, logras que poco a poco, la caída sea menos alta, y en algunas cosas ya ni siquiera te des un golpe en el suelo, por ende, levantarse de una situación será tan simple como una reacción natural y no un esfuerzo que se deba realizar.
Queridos amigos, sigo siendo una inexperta en la vida, pero sé que al lado de Hashem, es más fácil continuar con ella, y si procuramos que los 7 preceptos sean parte de nuestra forma de ser, nos acostumbraremos a la estabilidad y paz que se genera.
¡Con mucho cariño, nos leemos el mes siguiente!
Pams.
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