MEDITACIÓN N°26
“LA BATALLA MÁS CRUENTA QUE LIBRA EL SER HUMANO”.
Itzjak suplicó a Hashem, frente a su esposa, porque era estéril. Rivka concibió.
Los hijos pugnaban dentro de ella, y ella se preguntó: Siendo así, ¿por qué me toca esto a mí?
Parashát Toldot, “Iaacov y Esav”, Bereshit 25: 21,22
Rivka sentía que cuando pasaba por un lugar de estudio de Toráh se revolucionaba su vientre; y lo mismo cuando pasaba por un lugar de idolatría; y no comprendía por qué le ocurría eso.
Los Sabios dicen que esto se producía porque Iaacov quería salir a estudiar Toráh cuando pasaba por un lugar de estudio, y Esav quería salir cuando pasaba por un lugar de idolatría.
Los hijos pugnaban dentro de ella, y ella le preguntó al Eterno por qué le ocurría esto.
El Eterno le dijo: “Dos pueblos hay en tu vientre y dos reinos serán separados de tu seno. Un reino prevalecerá sobre el otro reino, y el mayor servirá al menor “.
Esto es lo que ocurre en la cabeza de cada uno de nosotros: Hay dos inclinaciones, una hacia el bien y la otra hacia el mal. Se establece una lucha dentro de nuestra cabeza cuando tenemos que tomar alguna decisión, por más pequeña que esta sea.
La inclinación al mal (Yetzer Hará) nos tentará a seguir nuestros deseos y pasiones, mientras que el instinto del bien (Yetzer Hatov) nos instará a tomar las decisiones conforme a la voluntad del Creador, Bendito Es, en beneficio de nuestra alma. Pero la decisión la tenemos que tomar nosotros. Somos totalmente responsables de nuestras decisiones.
El ser humano tiende a culpar a otros por las decisiones que toma. Adam culpó a Javá, Javá culpó a la serpiente, y realmente a quien culpaban era a Di-s.
Debemos aceptar nuestras transgresiones frente al Eterno, Bendito Es; y Él por su justicia y misericordia nos dará una nueva oportunidad, y nos ayudará a transitar por el camino que elijamos. Pero debemos librar batalla contra la mala inclinación para poder salir victoriosos, pidiendo ayuda a Ha Kadosh Baruj Hu (al Santo Bendito Es), ya que solos no la podremos vencer.
¡Ten valor y sé fuerte! Este mundo es completa vanidad, y nada queda de la persona, excepto la Toráh, las oraciones y las buenas acciones que han acumulado. ¡Esta es la absoluta, clara, pura e innegable verdad, que cada uno de nosotros debe
recordar cada día! Rabí Najman de Breslev.
YOJEVED DIFONSO.
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