Dentro de las festividades conmemoradas por el pueblo judío,hay dos que no tienen su origen en el Sinaí, ni su desarrollo en la Torá, sino en eventos posteriores: Purim (ambientada en el exilio persa) y Januká (cuyo origen se remonta a unos 2.170 años atrás). Sobre esa última, es sabido que, durante 8 días, en los hogares judíos se encienden velas en un candelabro especial de 9 brazos (llamado Janukía), para recordar el milagro por el cual, pese a sólo haber disponible una jarra con aceite puro para encender la Menorá del Templo (Candelabro de 7 brazos) por un día, se pudo mantener encendida, de manera milagrosa, su llama por ocho días. Sin embargo,¡eso sólo es una parte de la historia!
Desde un punto de vista histórico, sociocultural y político, es preciso indicar algunos hechos importantes para entender lo que llevaría al posterior surgimiento de Januká:
Una vez que el poderoso rey macedonio Alejandro Magno murió (año 323 AEC), su imperio fue dividido entre sus cuatro generales,conocidos como Diadocos, destacando entre ellos las dinastías que surgirían de Ptolomeo y Seleuco (Dinastías Ptolemaica y Seléucida, respectivamente). A partir de ellos y sus sucesores (llamados “Epígonos”), se difundiría el legado cultural gridgo en los territorios bajo su dominio en Oriente, preservando algunos, sin embargo,su identidad cultural. El capítulo 11 del libro de Daniel , nos informa, mediante una serie de símbolos*, respecto al periodo histórico comprendido entre Alejandro Magno (vv. 3-4), pasando por las guerras entre los reyes de Persia y Egipto, hasta las persecuciones vividas en Judea bajo un rey perverso, que se caracterizaría por su brutalidad y falta de respeto hacia las tradiciones de sus ancestros (vv.21-45), conocido como Antíoco IV Epífanes, quien, una vez que asumió el poder, no le bastó con someter y dominar el Imperio Ptolemaico de Egipto, sino que además emprendió la tarea de unificar su imperio desde un punto de vista político,cultural y religioso.
A diferencia de su padre, respetuoso de las tradiciones locales del pueblo judío, profanó el Templo de Jerusalén, estableciendo un ídolo en el Lugar Santísimo, altares para servir a ídolos griegos en cada ciudad, además de promulgar decretos que hacían obligatorio el consumo de alimentos prohibidos en la Torá, junto con prohibir su lectura y estudio. Algunos judíos consintieron a la voluntad del rey, mientras que otros lo desafiaron, fueron ejecutados, o bien se escondieron en el desierto. Sumado a eso, algunos miembros corruptos de la clase sacerdotal, se aliaron con el rey Antíoco para obtener, por ejemplo, el Sumo Sacerdocio, deponiendo al Sumo Sacerdote legítimo de esa época (Onías III), quien finalmente fue asesinado. Todo esto es relatado en fuentes judías cercanas a esa época como las crónicas históricas de 1 y 2 Macabeos ( ver 1 Mac 1:20-64, 2 Macabeos 4:7-50). Podemos ver entonces que el debilitamiento de las instituciones judías legítimas, con la consiguiente corrupción en algunos de sus miembros,favoreció, en una primera instancia, el actuar de Antíoco IV. Todo esto,sin embargo, llevaría al surgimiento de una resistencia liderada por un sacerdote judío llamado Matatías y sus 5 hijos, así como otros grupos que se opusieron a Antíoco y sus aliados judíos para recuperar el Templo, Jerusalén y preservar la identidad religiosa y cultural judías, dando inicio a una guerra contra el dominio sirio-helenista**, además a una guerra civil entre ambas facciones.
Continuará…
*Por ejemplo, para referirse al rey de Siria, se utiliza la expresión “rey del norte” y para el de Egipto, “rey del sur”).
** En sentido estricto, la guerra no fue contra Grecia, sino contra un rey sirio que intentó asimilar con la cultura griega al pueblo judío, por lo que no vencieron a los griegos realmente.
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