MEDITACIÓN N° 19: “EL CLAMOR DE NUESTRA ALMA”
Sólo a Di-s [aguarda] silenciosa mi alma, [pues sólo] de Él es mi salvación. Sólo Él es mi roca y salvación, mi fortaleza;…
Salmo 62:2-3
Nosotros, los seres humanos, tenemos necesidades físicas, materiales; emocionales y también espirituales, dependiendo de la etapa de crecimiento en la que estemos, porque estamos compuestos por cuerpo y alma.
Las necesidades físicas son aquellas que uno requiere para sobrevivir:
Recibir comida en cantidades suficientes.
Vivir en condiciones adecuadas.
Estar protegidos de los peligros reales.
Disponer de asistencia médica.
Vivir en un ambiente que permita una actividad física sana.
Necesidades fisiológicas.
Descanso. Etc.
Las necesidades emocionales esenciales son:
Fortalecer una autoestima alta.
Respeto mutuo.
Aceptación.
Valoración.
Amor y comprensión.
Necesidad de vínculos profundos.
Control de emociones. Etc.
Todas estas necesidades deben ser atendidas a su debido momento. El hecho de no atenderlas presupone consecuencias negativas, ya que son básicas para vivir.
Las necesidades espirituales (necesidades del alma), a veces no se detectan tan fácilmente. Muchas veces hacemos oídos sordos a los clamores del alma.
El hombre tiene un ‘alma animal’ que está contenida en la sangre, en los procesos fisiológicos y químicos. Respecto a esta alma, la Torá dice: “La fuerza
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de vida de la carne está en la sangre” (Levítico 17:11).
Dado que el alma animal es lo que aleja al hombre de lo espiritual, el Talmud comúnmente la llama Iétzer Hará ‘el impulso hacia el mal’.
Sin embargo, además de su ser material, el hombre posee un alma que es única entre las creaciones de Dios. Al describir la creación de Adam, la Torá dice: “Dios formó al hombre del polvo de la tierra, e insufló en sus fosas nasales un hálito de vida. El hombre se convirtió, por lo tanto, en una criatura viviente (Génesis 2:7).
La Torá enseña que el alma humana vino de la esencia más íntima de Dios.
El alma está formada por tres partes, cuyos nombres hebreos son: néfesh, rúaj y neshamá. Neshamá, relacionada con neshimá, literalmente significa ‘respiración’. Rúaj, ‘viento’. Néfesh viene de la raíz nafash, que significa ‘descanso’.
La neshamá se ve afectada sólo por medio del pensamiento, el rúaj por medio del habla y el néfesh por medio de la acción.
El juicio, después de la muerte, es el Gueinom, el alma es limpiada y purificada para recibir su recompensa eterna.
Por ello debemos atender las necesidades del alma al igual o más que las necesidades de nuestro cuerpo.
Ellas son: Tfilá (plegaria), Toráh (Biblia), Tshuvá (arrepentimiento y retorno a Di-s), Tzedaká (justicia social).
Deberíamos dedicar un tiempo cada día, para comunicarnos con Di-s; para el estudio de Toráh; una introspección, para poder hacer Teshuvá. Ayudar a nuestro prójimo en necesidad.
Que Di-s nos ayude a atender las necesidades de nuestra alma, para ser cada vez mejores seres humanos.
Y que la venida del Mashíaj sea pronto y en nuestros días.
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