Para nuestro amigos lectores:
Continuando con nuestras leyes de Musar, ética personal.
Hoy hablaremos sobre el Amor que en hebreo se llama Ahava.
Desde pequeños asociamos el amor con besos y abrazos que nos dan las personas que nos estiman, pero implica más que eso.
Nuestro maestro Menashe, que Di-s lo cuide donde esté nos explicó, que el amor implica más que eso, es aceptar a las personas como son, en ocasiones buscamos personas igual que nosotros pero ¿qué hay cuando piensan diferente? El amor radica en aceptarlas y dar lo mejor de nosotros incluso no solo en las personas si no también aceptar las cosas que a veces no salen como queremos, es aceptar la naturaleza de cada cosa o situación.
Para poder entender mejor les traemos un cuento.
Diferentes habilidades
Esta era una vez, una escuela de animalitos. Donde al salir al recreo todos querían que sus amigos conocieran y practicarán sus habilidades.
El pájaro insistía en qué volar era lo máximo y le pedía al conejo intentarlo, así qué lo convenció de poder hacerlo. El conejo trepó al árbol y se aventó, creyendo que podía volar, pero solo se lastimó al caer al suelo.
A lo que el topo le dijo al pájaro que cavar era lo mejor, así que el pájaro lo intentó, lastimando su pico considerablemente, el pez les dijo que no había nada mejor que saber nadar y al intentarlo los demás animales casi se ahogaban.
A lo que se dieron cuenta que cada uno tenía sus habilidades por ser diferentes, que tenían que aceptarse con sus habilidades y sus límites, que podían compartir juntos sin necesidad de cambiar al otro.
Sobre todo que podían ser buenos amigos y compartir sin tener que comportarse como el otro, aceptándose como son y cuidando de no perder su esencia personal.
Por Yosef y Ari.
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