Porque Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son Mis caminos, dice el Señor. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así Mis caminos son más altos que vuestros caminos, y Mis pensamientos que vuestros pensamientos. Isaías 55:8,9 Si plantamos un árbol de naranjas, ¿qué fruto les parece que vamos a cosechar? Y si plantamos árboles de almendras, ¿cosecharemos nueces? De la misma manera si llenamos nuestros pensamientos de: DINERO-COMIDA-LUJURIA-OCIO-ETC., no podemos aspirar a conseguir resultados que nos ayuden en nuestro crecimiento espiritual; que favorezcan nuestro objetivo de ser mejor persona cada día. Vivimos en una sociedad materialista por excelencia y hemos adoptado sus características. Lo más importante ha venido a ser la belleza física, aunque debamos someternos a operaciones estéticas, que en muchos de los casos son peligrosas para nuestra salud, o dedicar muchas horas semanales para conseguir un cuerpo voluptuoso y proporcionado; como también dedicarnos al trabajo obsesivo para obtener el dinero necesario para lujos y placeres. Otros se dedican al ocio, lo que los lleva a vivir una vida poco digna, dependiendo de la limosna de aquellos que sí trabajan para su sustento y necesidades básicas. De esta manera le quitan tiempo a lo primordial, que es: el estudio de Toráh, la Tfilá (plegaria), las obras de jesed (bondad), Tzedaká (justicia social) y la Teshuvá (arrepentimiento y retorno a Di-s). Es imperioso dar un giro de 180° y comenzar a cambiar nuestros pensamientos para que cambie nuestra realidad. Debemos conectarnos con el Creador del Universo a través del estudio constante y profundo de la Toráh, separar tiempo diario para la plegaria personal (Tfilá), hacer un examen exhaustivo de nuestra condición general con disposición a la Teshuvá, y estar dispuestos a ayudar a nuestro prójimo (Jesed y Tzedaká), comenzando por nuestra familia y continuando por amigos, vecinos, personas del entorno, etc. Solo así lograremos ser personas con altos valores morales, temerosas de Di-s y dispuestas siempre a los actos de bien. Es esencial escoger qué vamos a ver, oir, gustar, tocar,etc.. Si escuchamos música que habla de lujuria, utilizando palabras obscenas, ofensivas, etc. nuestros oídos estarán transmitiendo ésto a nuestro cerebro; si vemos películas, programas televisivos, si leemos revistas y libros con temas impropios, ¿qué podemos obtener de ello?. Si percibimos a través de nuestro órgano olfativo olores o sustancias nocivas para nuestra salud; si introducimos a nuestro cuerpo por la boca o por nuestro sistema sanguíneo sustancias que no son propicias para el mismo; si nuestras manos perciben, al tacto, partes del cuerpo de otra persona que son prohibidas fuera del matrimonio;
¿qué resultados obtendríamos? Todo lo que entra a nuestro cuerpo, por nuestros sentidos, tiene un efecto en nuestra alma, por eso es tan importante que cuidemos todo lo que consumimos a través de nuestros sentidos. Que HaShem nos ayude para que tomemos buenas decisiones y podamos cumplir con nuestra misión en esta vida, conocer a Di-s y lograr la rectificación de nuestra alma.
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