Entre nosotras mis queridas amigas en esta ocasión tomo como referente la Parasha Vaieshev, donde nos relata, la traición de los hermanos de Yosef, es un relato amargo que cuesta digerir, quien no tuvo alguna vez algún desencuentro con un hermano? yo la tuve con mi querida hermana, pero gracias a Eterno se pudo solucionar el problema abriendo el corazón.
¿Cómo pudieron los hermanos ser tan insensibles? ¿Como pudieron ser tan crueles? El odio solo puede prevalecer en los corazones cuando no hay acercamiento ni comunicación.
La Tora nos ordena, “No odiaras a tu prójimo en tu corazón”. Entonces amigas, para evitar el deterioro de las relaciones hay que solucionar las diferencias y no permitir que la enemistad y el odio fermenten en nuestro interior.
Cuando se odia a alguien o se le tiene envidia, por más que se intenta, no se le logra juzgar para bien, sino que por el contrario se le acusa, se le señala y se habla mal de él.
En nuestra vida personal tratemos de comunicarnos de forma amigable y civilizada con aquellos con los que guardamos algún rencor o resentimiento, hagámoslo no solo por el otro sino para nuestro propio bien, el odio y los celos nos convierten en personas amargas y hurañas y si queremos eliminar las rivalidades en nuestra familia debemos aprender a comunicarnos con respeto y juzgar a cada persona favorablemente.
Enfoquémonos en las buenas cualidades del otro renunciando a nuestro orgullo y veras como así la vida es más placentera y las relaciones más gratificantes, todo depende de nosotros. El desafío es buscar lo bueno, los atributos positivos de cada ser humano, la forma en que juzgamos a los demás dice mucho de nosotros.
Encendamos una luz como en Hanukkah donde los milagros se hacen posibles, que esa luz ilumine el espacio que nos rodea y así será posible iluminar al mundo entero. Bendiciones para todas.
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