En esta ocasión quiero hablar de una porción de la Torah (Biblia) que se lee en este mes y se llama Jayé Sara. En esta porción hay dos fragmentos que hablan de la vida, por un lado, al inicio de la parashá (porción), menciona que Sara vivió 100 años y 20 años y 7 años, por otro lado menciona que Abraham “…era anciano, venía con sus días” (Génesis 24:1).
Pero, ¿qué podemos aprender de estas frases?, ¿por qué con Sara hace una separación de años y con Abraham los menciona todos juntos?.
Mencionan los sabios de la Torah, que Sara fue tan bella a los 100 años como a los 20, y a los 20 años fue tan inocente como a los 7, y en el pasaje de Abraham mencionan los sabios que dice así (…venía con sus días) porque Abraham nunca perdió el tiempo, siempre lo aprovechó para hacer algo bueno.
Recuerdo a una persona que conocí que me dijo que cuando metió a sus hijos al sistema “Homeschool” su mamá le dijo que estaba encerrando a sus hijos en una burbuja, que tenían que adquirir algo de malicia para enfrentar al mundo y entonces él le contestó : “ mamá, mis hijos no vinieron a este mundo a conocer maldad, la maldad que este mundo ya tiene, vinieron a enseñar bondad, la bondad que a este mundo le hace falta”.
Amigos, sé que vivimos en un mundo difícil por la maldad que existe, pero si realmente queremos cambiar esta sociedad tenemos que enseñar a nuestros hijos bondad y enseñarles a que enseñen a sus hijos bondad y así sucesivamente, solo así llegaremos a tener una mejor sociedad. Aprendamos a vivir como el patriarca y la matriarca del pueblo de Israel, vivir siempre con inocencia y sencillez para permanecer con esa belleza humana y aprendamos a siempre aprovechar el tiempo en hacer cosas que den valor a nosotros, a nuestras familias, a este mundo.
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