Por Yojeved Difonso
“Desde el vientre del sepulcro Te clamo”.
La persona que se encuentra frente a una adversidad o aflicción y reza empecinadamente con simpleza, sin ninguna duda será salvada de esa situación. Y tal como está escrito (Jonás 2:3): “Desde el vientre del sepulcro clamé y Tú oíste mi voz”. Cuando la persona grita desde el vientre del “sepulcro” en el cual se encuentra, entonces HaShem “oye su voz”, su rezo hace efecto. Porque justamente los momentos en los cuales la vida de la persona “va barranca abajo” son más aptos y propicios para lograr maravillas.
En los Campos del Bosque, Rab. Shalom Arush.
La persona que se dirige al Creador con todas las fuerzas del corazón, por la necesidad que tiene; hablando como lo hace con un amigo, con palabras simples y sinceras, confiando que el Eterno va a escuchar su plegaria y la responderá de la mejor manera para ella, no será defraudada, porque HaShem escucha la oración dicha de esta manera en forma muy especial.
El Eterno deja todo lo que está haciendo y se dedica a escuchar la oración, a atender la plegaria en forma personal, y solo Él escucha lo que la persona le quiere decir. Se queda a solas con ella, y le dedica el tiempo necesario, atendiendo cada una de sus palabras y respondiendo rápidamente a sus necesidades.
En ese momento el Creador se aparta de cualquier otra tarea que estuviera haciendo, y es por eso que dicha oración salva al mundo de duros decretos.
Sabiendo todo esto deberíamos dedicar cada día tiempo de calidad para encontrarnos con el Eterno, conectarnos con Él mediante la plegaria y derramar nuestro corazón ante Él.
En esta plegaria personal debemos alabar a Di-s; agradecerle por todo lo bueno, lo que nos da felicidad, y por lo que no nos parece tan bueno, que nos produce dolor, sufrimiento, sabiendo que todo es para nuestro bien. Luego de dedicar un tiempo importante para alabarLo y para agradecerLe, después podemos dedicar algunos minutos para pedir por nuestras necesidades o las necesidades de otros. Y finalizar agradeciendo a HaShem por escuchar nuestra plegaria y por Su respuesta.
Esta debiera ser nuestra tarea cada día. Así como dedicamos cada día tiempo para alimentar nuestro cuerpo, de la misma manera debiéramos dedicar tiempo para la sanidad de nuestra alma. Y eso se consigue solamente con el estudio de Toráh y con la plegaria.
Cuando venga el Mashíaj su principal herramienta va a ser la plegaria. Y si él, que es tan grande, espiritualmente hablando, necesita de la plegaria, ¡cuánto más nosotros requerimos de ella!
Yojeved Difonso.
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